«Estar en un desierto no implica que morirás en él.» EGP
Muchas veces en la vida sentirás que estás en un desierto: soledad, frío en la noche, mucho calor de angustia en el día, sin sombra, ni agua que refresque tus sentidos… Sin embargo, si puedes recordar el último desierto que viviste, también podrás darte cuenta que pudiste salir de él. Debes recordar que los desiertos no son eternos.
Enfoca tu mirada hacia los tiempos futuros, lo mejor llegará a tu vida. Si estás en uno, recuerda que pronto podrás salir de él. Por el contrario, si ahora no estás en un desierto, es posible que tropieces con uno en algún momento; recuerda:Â los desiertos no son eternos… Si ves bien, observarás la belleza alrededor de los desiertos, concéntrate en ella y sigue adelante. ¡Todo pasará! Será una de las experiencias que, te fortalecerá para enfrentar el resto de tu vida.
Cada desierto te fortalece, cada momento difícil construye tu carácter, tu fe.
*Artículo escrito por Engelbert Gonzalez. Tomado publicaciones fb del 19/03/2012. Reeditado mayo 2013 y 2022.
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